La Celebración de la Primera Comunión siempre reviste un significado especial para los niños y niñas. En este Sacramento, reciben por primera vez a Jesús y lo celebran con alegría. Es un momento único que no se repetirá en su vida. Para jóvenes como Lucas, esta experiencia adquiere aún más relevancia.
La historia de Lucas ejemplifica la importancia de escuchar a los niños, comprender sus decisiones y permitir que sea el Señor quien guíe sus vidas.
A los once años, Lucas participará en su Primera Comunión el viernes 26 de enero, por la tarde, en el Convento de las Carmelitas Descalzas de Aguilar de la Frontera. La ceremonia será íntima y sencilla, en compañía de sus seres queridos.
Originario de Aguilar de la Frontera, Lucas decidió esperar para hacer su Primera Comunión hasta que descubrió la grandeza de Jesús en su colegio, Jesús Nazareno, perteneciente a la Fundación Diocesana “Santos Mártires de Córdoba”, gracias a su tutora, Gema Castro.
En septiembre, Gema decoró su aula de sexto de primaria con citas y dibujos de Santa Teresa de Jesús. Los niños participaron en la elección de los representantes escolares, incluyendo al delegado de pastoral, cargo para el cual nominaron a Lucas de forma unánime. Esto marcó el inicio de su interés por la fe.
Después de una misa escolar, Lucas confesó a su maestra que aún no había realizado la Primera Comunión. Gema y el capellán, Pablo Lora, vieron esto como una oportunidad para ofrecerle la posibilidad de recibir el sacramento.
Tras conversar con la madre de Lucas, quien explicó las razones detrás de su decisión inicial, Gema se comprometió a brindarle catequesis los lunes en Aguilar de la Frontera, a pesar de vivir en Córdoba. Este proceso fue enriquecedor para ambos y evidenció la madurez espiritual de Lucas.
Los meses de preparación fueron intensos para todos los involucrados. Ahora, Lucas recibirá su Primera Comunión con sencillez, vistiendo el uniforme escolar, en el Convento de las Descalzas de la localidad, el viernes, coincidiendo con la festividad del Niño Jesús de Praga. El sacerdote Pablo Lora, testigo de todo el proceso, destaca el crecimiento espiritual de los niños y agradece el compromiso de Gema en guiar a Lucas en su camino de fe.