como única humanidad. Ese es el gran desafío que tenemos los voluntarios y voluntarias de Cáritas, llamados a cargar con los más débiles y golpeados por esta crisis, porque solo así podremos dar pasos a una sociedad más humana, inclusiva y fraterna.
La fraternidad es ese modo en el que el otro o la otra es reconocido en igualdad de condiciones posibilitando la libertad para poder expresarnos, escucharnos y caminar juntos. Por ello, no se limita a “los nuestros”, a los de siempre, sino que se abre a los otros, a los extraños, a los diferentes, a los extranjeros, a los no creyentes, a los de otras religiones, a los más pobres porque reconoce, valora y ama a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar de donde venga, más allá de donde habite, más allá de su situación económica y social. Una fraternidad que reconoce a cada ser humano como un hermano o una hermana y busca la amistad social transitando caminos eficaces para hacerlas posible.
Ser voluntario da sentido a la vida.
La Fundación Diocesana tiene activos varios proyectos de voluntariado, hoy os presentamos Creciendo Juntos, junto con las Hermanas de la Caridad, te invitamos a que lo conozcas: